Un día le dijeron al pájaro reloj: mañana vamos a ir a sembrar, vienes a buscar tu semilla para que la siembres.
Los jefes de los pájaros dijeron que hay que sembrar semillas para que haya alimento para cada pájaro, el pájaro reloj dijo: está bien vengo a buscar mi semilla.
Cuando llegó el día, cada pájaro fue a buscar su semilla para sembrar. Él, para que no se atrase, dijo que se iba a dormir en el camino y que no estaría lejos para ir a buscar su semilla, pero dejó su cola en el camino.
Entonces cuando pasaban los demás pájaros en busca de su semilla pisotearon su cola, y cuando pasó el último pájaro, despertó el pájaro reloj y vio que no tenía una parte de su cola.
Sin embargo, a pesar de lo que le pasó cuando fue a buscar su semilla, llegó pero no había nada, todo ya lo habían llevado. Por esta razón, el alimento del pájaro reloj es todo lo que se pudre y le sale gusanos, esto le pasó por no sembrar su alimento. Asimismo, la cola del pájaro reloj no tiene plumas de un lado, y del otro lado sí. Al pobre pájaro reloj le pasaron muchas cosas, por eso sólo busca su sustento alimenticio en los cenotes o en frutos podridos. Foto: Cecilia Alvaréz
Texto traducido del maya yucateco: relato contemporáneo recopilado de Don Mariano Balam de 80 años en la comunidad de San Francisco el Grande, Yucatán, México.
(Giovani Balam Caamal, 2012.)
Universos Sonoros Mayas. Un estudio diacrónico de la acústica, el uso,
función y significado de sus instrumentos musicales
CONACyT 157146