De los duendes, Maimoni Moroni presenta varias características pero una de las más insistentes resulta la de los sonidos o la música que surge en el contexto de aparición de aquellos, en algunos casos se habla de silbidos, aunque también la música entre la cual surgen, se utiliza para buscar a las personas que han sido robadas por ellos, o bien, la que se necesita para alejarlos. Nos narra Daniela, por ejemplo:
Cuentan en Villa Luis Gil Pérez que una mujer estaba muy enferma, el marido con tal que se curara la llevó con varios doctores y curanderos. Finalmente llegó con un curandero del pueblo que recurría al espíritu o duende, para comunicarse con él se concentró y empezó a temblar hasta que habló con la voz del duende, que se había metido dentro de él.
El hombre preguntó quién lo mandaba y que dejara en paz a su familia.
El duende contestó que “quién es mandado no es culpado” y empezó a reírse y a burlarse, dijo que iría donde pasaban sus hijos y para que lo dejara en paz tenía que traerle un trago. Luego dejó de hablar, a este punto otra persona empezó a pegar con un ramal al curandero, hasta que despertó y le dijo que para conjurar al animal tenía que traer pozol, aguardiente dulce y una guitarra y un violincito. El día siguiente el curandero fue a ver a la enferma y le pegó duro con una rama para que saliera el duende, rezó, luego se fue al monte a dejar la ofrenda, que en general se deja donde hay mucha maleza o abajo de un zapote de agua (que en Villa Luis Gil Pérez llaman Guacta) o de otro árbol grande que echan grandes raíces, parecidas a cajones.
Relato comunitario (narra Daniela Maimone) en Relatos y leyendas chontales de Tabasco, Daniela Maimone Moroni (recopiladora), México, Grupo profesionales Gráficos de México, 2010, pp. 120-121.
Nacho López. "Rezandero" en Testimonio. Los chontales de tabasco. Emipres. México.1982.
Universos Sonoros Mayas. Un estudio diacrónico de la acústica, el uso,
función y significado de sus instrumentos musicales
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